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jueves, 24 de octubre de 2013

¿Como se Transmite el Dengue? - Sintomas



Ciclo de Transmision del dengue

 

                   La enfermedad del dengue se transmite mediante la picadura del El agente causal, un mosquito un arbovirus del grupo B, con cuatro serogrupos distintos, generalmente el Aedes aegypti (mosquitos AÊDES), infectado con el virus del dengue, a su vez este mosquito ha adquirido el virus al ingerir la sangre de otra persona con dengue. Se trata de una cadena sin fin, ya que el mosquito queda infectado por el resto de su vida.
                No hay manera de saber si un mosquito transporta o no el virus del dengue, ya que la transmisión del dengue no se produce por el contacto directo con una persona enferma o sus secreciones, sino que es necesaria la presencia de un vector.Por eso se debe evitar todo tipo de picaduras y de otras enfermedades transmitidas por insectos.
              En gran parte de las zonas tropicales de Asia, el Aedes allopictus puede contribuir a la transmisión del virus del dengue en zonas rurales, en tanto que en Polinesia, uno de los complejos de Aedes pcutellaris puede servir como vector. En Malasia, interviene el complejo Aedes niveus y en África occidental, el complejo Aedes furcifer – taylori y los mosquitos Aedes aegypti.

Dengue, CAUSA LA MUERTE




       Existen dos tipos de dengue: el clásico y el grave, antes conocido como hemorrágico. Algunos de los síntomas del dengue incluyen fiebre elevada, arriba de 40°C, además de dolor de cabeza muy intenso, dolor detrás de los ojos, dolores musculares y en las articulaciones, náuseas, vómito, crecimiento de los ganglios linfáticos y salpullido. Estos síntomas suelen aparecer de 3 a 14 días después de la picadura del mosquito transmisor. La mayor parte de las personas con dengue se recuperan alrededor de 2 semanas después de haber presentado los primeros síntomas.

    El dengue grave es una complicación mortal que puede causar hemorragias debajo de la piel, acumulación de líquidos, dificultad respiratoria, hemorragias graves y en el peor de los casos una falla orgánica. Estos síntomas suelen aparecer entre 3 y 7 días después de presentarse los primeros síntomas de dengue clásico. Debe de sospecharse de esta enfermedad cuando se presentan los siguientes síntomas: dolor abdominal intenso, vómito persistente, respiración acelerada, hemorragias de las encías, cansancio intenso, inquietud y presencia de sangre en el vómito.
       Las siguientes 24 a 48 horas después de presentar los primeros síntomas de dengue grave son cruciales y requieren atención médica inmediata, ya que puede evolucionar en síndrome de shock por dengue, ocasionando una hemorragia masiva en la persona infectada.
El mosquito transmisor del dengue se reproduce principalmente en recipientes artificiales, y a diferencia de otros mosquitos, se alimenta durante el día. El periodo en el que se intensifican las picaduras es durante la mañana y al atardecer.
       Si bien no existe una vacuna que proteja contra el dengue, hay medidas que se pueden tomar para evitar la propagación del mosquito portador del virus. Limpiar constantemente las áreas en donde se acumula agua, voltear los recipientes que puedan retener líquidos, tapar los contenedores de agua limpia, colocar tela mosquitera en el hogar y permitir la entrada a personal de la Secretaría de Salud pueden reducir en gran medida los riesgos de infección.
        Actualmente no existe un tratamiento específico para combatir esta enfermedad, pero con una atención inmediata por médicos y enfermeras con experiencia en los efectos y evolución de la enfermedad se puede reducir la tasa de mortalidad de más del 20% a menos del 1%, según estadísticas de la OMS.  En esta etapa es crucial mantener los niveles de líquidos corporales.
 

Sintomas

      Los síntomas del dengue se inician después de un período de incubación que puede variar de cinco a ocho días tras la picadura del mosquito. Habitualmente cursa con fiebre alta que se inicia de forma repentina y se acompaña de dolor de cabeza intenso, dolor alrededor de los ojos y detrás de los globos oculares, cansancio y dolor en músculos y articulaciones.
       Al tercer día de la fiebre, muchas veces aparece un exantema por el cuerpo, es decir, una erupción generalizada de color rojizo, que dura unos dos o tres días. También puede haber náuseas, vómitos, pérdida del apetito o dolor de garganta. La fiebre usualmente dura hasta una semana y suele ser intermitente. Una fiebre que dura más de 10 días no suele ser por dengue. En ocasiones, al disminuir la fiebre, aparece un segundo exantema cutáneo que dura entre uno y cinco días y desaparece con descamación de la piel. Tras la desaparición de los síntomas puede persistir el cansancio, a veces junto con depresión, durante muchas semanas.
       Algunas personas después de la fiebre inicial pueden tener síntomas más graves característicos del dengue hemorrágico, llamado así por las manifestaciones hemorrágicas que tienen los pacientes. Pueden tener sangrado por la encías, hemorragias por el tubo digestivo o sangrado por la orina. Son características la aparición de petequias o púrpura, que son erupciones en la piel como puntitos rojos o placas rojizas causadas por un aumento de la permeabilidad de los capilares, produciéndose la salida de glóbulos rojos a través de la pared de los mismos. Cursa con dolor abdominal, vómitos persistentes y respiración acelerada. Sin tratamiento, evoluciona a shock con disminución de la presión arterial y en ocasiones la muerte.
      En general, el dengue es una enfermedad autolimitada con una mortalidad menor del 1%. El dengue hemorrágico tiene una mortalidad con tratamiento del 2-5%, pero sin tratamiento puede ser mortal hasta en el 50% de los casos.


Diagnóstico del dengue

            Lo más importante para poder hacer un diagnóstico de dengue es la clínica del paciente, interrogarle sobre viajes a zonas endémicas y exposición a picaduras de insectos. También es fundamental descartar otras enfermedades tropicales, principalmente la malaria o paludismo.
            Una prueba que se utiliza en ocasiones para evaluar a los pacientes con sospecha de dengue es la prueba del lazo o prueba del torniquete, que mide de manera indirecta la fragilidad de los pequeños vasos sanguíneos (capilares). Consiste en colocar en el antebrazo del paciente un torniquete o el manguito del tensiómetro a una presión media durante cinco minutos, si transcurrido este tiempo el paciente tiene más de 30 puntitos rojos (petequias) alrededor de la zona de presión se considera una prueba positiva y puede ayudar al médico a confirmar la sospecha de dengue.
            Inicialmente se suele hacer un análisis de sangre llamado hemograma para ver los glóbulos blancos, los glóbulos rojos y las plaquetas. En los pacientes con dengue es característico ver una disminución de los glóbulos blancos (leucopenia) y de las plaquetas (trombopenia). También es importante determinar el hematocrito, que es el porcentaje del volumen de la sangre que está compuesta por glóbulos rojos. Si el hematocrito se eleva se llama hemoconcentración, que es un signo de deshidratación del paciente y de salida de líquidos de los vasos por aumento de permeabilidad de los capilares, lo que puede ser indicativo del inicio del dengue hemorrágico. En el análisis de sangre también se puede ver una elevación de las enzimas hepáticas conocidas como transaminasas y, especialmente en el dengue hemorrágico, una alteración en las pruebas de la coagulación de la sangre.
            Entre el día 1 y 5 de la aparición de los síntomas, se pueden realizar dos tipos de pruebas para detectar el virus circulando por la sangre. En primer lugar, se puede diagnosticar el dengue mediante un test rápido que detecta antígenos del virus en la sangre. El resultado se tiene en menos de una hora. Sin embargo, esta prueba sólo suele estar disponible en centros especializados. También se puede detectar el material genético del virus, pero es una prueba cara y poco accesible en la práctica clínica habitual.
            Habitualmente se realizan los llamados test de serología, que miden en el suero del paciente los anticuerpos dirigidos frente al virus del dengue. El resultado suele ser positivo tras los primeros 3-5 días del inicio de la fiebre. Se pueden realizar los anticuerpos del tipo IgM que se forman en la fase aguda de la infección, por lo que son muy útiles para el diagnóstico, y anticuerpos del tipo IgG, que se forman en la fase de convalecencia, y que pueden diagnosticar la enfermedad una vez pasada.


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